El próximo sábado 29 de septiembre, a las 19:00 horas, el Sr. Abad de la Insigne Colegiata don Ángel Saneugenio bendecirá la restauración del retablo gótico del Santísimo Cristo del Amparo, situada en una de las capillas laterales de la Insigne Colegiata de Gandia.
Cabe resaltar que la Cruz en la que está enclavado el Cristo, perteneció a la Hermandad de la Santísima Cruz, y en el año 1940 procesionó con andas provisionales en la primera procesión del Santo Entierro celebrada en Gandia tras la guerra civil. Esta cruz acompaño a los cofrades de la Cruz en los desfiles procesionales de principios de la década de los años 40, hasta que en el año 1952 el Escolapio Padre Blay , ajustándose a los cánones de la época, costeó una nueva cruz para desfilar en la procesión del Viernes Santo.
El altar gótico que se bendecirá la próxima semana se elaboró después de la Guerra Civil como parte del programa de sustitución de todas las obras que se perdieron durante esos tristes años. El retablo es una pieza elegante de primorosa factura, con una talla de gran calidad, delicada y grácil, pese a su gran tamaño y monumentalidad. Su diseño se corresponde perfectamente con los otros retablos de inspiración gótica que también adornan el resto de capillas de la Colegiata. Todo el coste del trabajo de carpintería y talla fue sufragado por D. Francico Pérez Gomar, muy conocido en Gandía como el dueño de “Carrocerías el Blanquillo”.
Tallado en madera de conífera, por motivos seguramente económicos, el retablo quedó inconcluso al no realizarse el dorado y policromado. Permaneció así durante 65 años, sufriendo en este tiempo diversos deterioros así como el ataque de insectos xilófagos.
Dentro del conjunto, la pieza más llamativa es la hermosa escultura del Cristo del Amparo que ocupa el cuerpo central del retablo. Esta talla fue realizada en 1948 por Antonio Sanjuán Villalba. Este insigne escultor castellonense ejecutó muchas piezas para las cofradías de Gandía y su estilo está marcado por un barroquismo elegante y sobrio de raíz castellana. Tiene además el Cristo la particularidad de contar con ojos de cristal, que le confieren a su mirada una singular expresividad.
En estos momentos, ya finalizados todos los trabajos, el retablo se ha convertido en la pieza más atractiva de la Colegiata. Cabe destacar además que la escultura del Cristo que anteriormente pasaba casi desapercibida, ha cobrado una relevancia y un atractivo notables, siendo la auténtica gema que corona esta magnífica obra.