III estación


 

III ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO POR EL SANEDRÍN



Del evangelio de San Mateo (26, 59. 64-66)

Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte . Y el sumo sacerdote le dijo: «Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios». Jesús le respondió: «Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo: Desde ahora veréis que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene sobre las nubes del cielo.» Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: «Has blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué decidís?» Y ellos contestaron: «Es reo de muerte.»

El Sanedrín, el Gran Consejo de ancianos, sacerdotes y escribas, reunido en convocatoria extraordinaria, en lugar desacostumbrado y a hora inhabitual, decide la muerte de Jesús. Un tribunal, signo de la justicia, actúa injustamente condenando al Justo. A la inocencia se la hace culpable. Querer condenar a muerte, falsear testimonios, quitar de en medio al que interpela desde la coherencia y limpieza de vida, ha sido y es actitud frecuente.








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