Hoy la plaza Escuelas Pías ha amanecido vacía, triste y desolada. Las calles están desiertas y mudas a comparación del júbilo que invadía el centro histórico le Gandia los años anteriores.
Un Domingo de Ramos extraño, donde los cofrades han dejado de salir a la calle para acompañar a Jesús entrando triunfalmente en la ciudad de Jerusalén para aclamarlo silenciosamente desde sus balcones.
Esa euforia y alegría que se contagiaba en el primer día de la Semana Santa de Gandia se torna quietud, silencio y oración en torno a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo desde los propios hogares, tal y como hicieron los primeros cristianos.
El año que viene la plaza Escuelas Pías seguro que se vuelve a llenar de centenares de cofrades de las 18 Hermandades de la Semana Santa Gandiense, volviendo a poder realizar la solemne bendición de palmas y ramos multitudinaria, toque de tambores y filas de cofrades recorriendo las calles hasta la Insigne Colegiata de Gandia acompañando al paso de "La Burreta".
Cofrades de la Hermandad de la Santísima Cruz, aprovechemos pues esta oportunidad de vivir más intensamente, y unidos a Jesucristo y a los demás cofrades, a través de la oración; para pedir que ese Jesús triunfal interceda por los enfermos que ahora están padeciendo este virus, por los sanitarios y personas que están a pie de calle para atajar esta pandemia y que acoja a todos los fallecidos en la casa del Padre.