Banda de tambores de la Hermandad de la Santísima Cruz

 


A lo largo de la historia de la Hermandad, han sido varias las opciones utilizadas para dotarla de una banda que la acompañara en los desfiles procesionales. El año 2011 se localizó la bandera primitiva de la banda de cornetas y tambores de la Hermandad de la Santísima Cruz, que data de 1958. Esta bandera está confeccionada en tela de raso blanca, con pasamanería dorada a su alrededor, con la imagen de la Santísima Cruz sobre un círculo azul y la inscripción “Asociación de la Santísima Cruz - Gandia”, junto con cenefas florales en el anverso y el anagrama de las Escuelas Pías junto con la leyenda “Banda de Cornetas y Tambores - Real Colegio de las Escuelas Pías - Año 1958” en el reverso, todo ello pintado a mano.

Esta bandera, que fue encontrada en muy mal estado mientras se limpiaba una de las salas de las Escuelas Pías, fue restaurada por la Camarera de la Hermandad Dª. Mª José Simó Martí, la cual con mucho cariño y esmero repintó y le hizo algunas mejoras como añadirle una tela en el interior para reforzarla, zurcir los numerosos agujeros que tenía o cambiarle el fleco de los laterales.

El viernes 30 de marzo de 2012, durante la Eucaristía en sufragio de los difuntos de la Asociación, presidida por el consiliario P. Francesc Mulet, se procedió a la bendición de la bandera primitiva de la banda de cornetas y tambores de la Hermandad de la Santísima Cruz de Gandia. La bandera restaurada de la Banda de tambores desfiló el Miércoles y Viernes Santo de ese año delante de la Banda de Tambores de la Hermandad.

Según consta en las actas de 1957, y por iniciativa del Presidente D. Fabián Peiró, se creó una banda de Tambores y Cornetas que desfilaría acompañando a la Cruz cada año en la procesión del Viernes Santo. El instrumental adquirido constaba de 12 cornetas modelo largo con manopla, 8 tambores modelo cadete y 8 bandoleras modelo estrecho, comprado el 23 de mayo por la Asociación para quedar en el colegio, tal y como se conserva en el archivo de la Hermandad tanto el contrato original de "depósito condicional" como la "compraventa" con la empresa de Valencia, Guillermo Lluquet, instrumentos musicales. La factura ascendió a 10.800 pesetas, entregándose 3.600 pesetas en el acto y el resto en dos letras de 3.600 pesetas cada una.

A finales de la década de 1950 se hacía el siguiente comentario radiofónico en la retransmisión de la Procesión del Santo Entierro: “Es la asociación de la Santísima Cruz, que lleva la banda de cornetas y tambores del Real colegio de las Escuelas Pías de nuestra ciudad. Está asociación costeó los gastos del instrumental necesario para la organización y funcionamiento de esta banda, que toma parte en otros actos propios del colegio o de la ciudad, y desde luego acompañará todos los años a la Asociación de la Santísima Cruz”.

Tras su desaparición, la Hermandad contrató a bandas de tambores y cornetas de diferentes localidades, como la banda de Carlet en 1991 y 1992, la banda de cornetas de Santa Ana en 1993 y la banda de tambores de Corea en 1996.

Debido a que la contratación de las bandas de tambores y cornetas, junto con la de música, conformaban la mayor parte del presupuesto de la Hermandad, se barajaron diferentes opciones para tratar de rebajar el importe.

En el año 2000, bajo la presidencia de D. Salvador Frasquet Donderis y a propuesta de D. Francisco Picot Martínez, se decidió la creación de la actual banda de tambores de la Hermandad con el fin de dar mayor realce y solemnidad a las procesiones de la Santísima Cruz en Semana Santa. En el acta del día 26 de octubre del año 2000 ya se informaba a la Asamblea General de la creación de una banda de tambores propia de la Hermandad de la Santísima Cruz, en principio preparada para quince componentes, para que acompañara el trono anda de la imagen titular en los desfiles procesionales que realizara la Asociación, contando en esa fecha con doce cofrades voluntarios.

La Junta Directiva estipuló que la indumentaria para los componentes de la banda de tambores de la Hermandad sería la misma túnica talar blanca con botonadura negra que utilizan los cofrades, cíngulo rojiblanco, el capuchón de verdugo de color negro con el escudo de la Hermandad bordado en la parte frontal y guantes y zapatos negros. Para los tambores y bombos se mandó confeccionar unos cubre tambores en tela de raso negra, con cordón rojinegro en su extremo inferior y el escudo de la Hermandad bordado en el centro.

Ese mismo año se adquirieron 12 cajas de tambor y 3 timbales en Musical Vivace, por valor de 121.000 pesetas. Supuso una inversión menor en material debido a las dudas planteadas al principio, ya que no existía demasiada confianza al iniciar el proyecto. Ese mismo año se confeccionaron capuchones verdugos y bandoleras para vestir los tambores, procesionando por primera vez el Miércoles Santo de 2001.

La persona elegida para acometer este proyecto de la banda de tambores fue D. Francisco Picot, el cual ha estado al frente ininterrumpidamente durante 20 años como Delegado de la banda, quien con su esfuerzo y dedicación consiguió el objetivo marcado, y junto con otros miembros de la banda se encargaron de enseñar a tocar el tambor a estos pioneros cofrades que también se embarcaban en el nuevo proyecto.

Poco a poco, gente que nunca había tocado ningún instrumento, fueron ampliando su conocimiento musical y empezaban a realizar toques sencillos rítmicamente que poco a poco se fueron ampliando dando forma a una serie de marchas donde a través de los ritmos que interpretan los tambores y bombos, acompañan el paso de los cofrades en sus desfiles procesionales. Ese grupo de cofrades jóvenes, y no tan jóvenes, entusiastas con verdadera entrega y afición, tras muchos viernes de ensayo, demuestran su habilidad cada Miércoles y Viernes Santo, evolucionando su repertorio conforme fueron pasando los años.

Los primeros años se tomaron como un intento, una prueba sin demasiada confianza, que fue consolidándose a lo largo de estos años. Los primeros ensayos se realizaron en la barriada de Santa Ana, hasta que el colegio Escuelas Pías cedió un pequeño cuarto bajo las escaleras del colegio nuevo, y su patio pasó a convertirse en la sede de la banda. Años después, el colegio cedió un cuarto con más capacidad en el patio del colegio viejo, utilizado para guardar material de la Hermandad. Conformar las primeras formaciones de voluntarios se convirtió en un verdadero reto. Las continuas entradas y salidas de diferentes voluntarios se convertirían en una constante a lo largo de la historia.

En 2003 la Hermandad recibió el encargo de la Junta Mayor de Hermandades de la Semana Santa de Gandia, bajo la presidencia de D. Juan Miguel Lloret Miñana, para que la banda de tambores abriera la Solmene Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo. De esta manera la banda de tambores de la Hermandad de la Santísima Cruz fue la encargada de abrir, con su toque solemne y sus marchas de procesiones, el desfile procesional del Santo Entierro desde el año 2003 hasta 2011.

Durante estos años la Banda de tambores de la Hermandad realizaba dos vueltas al circuito oficial: una abriendo la Procesión General del Viernes Santo, y tras cenar todos juntos para recuperar fuerzas, lo hacía nuevamente acompañando a la Hermandad de la Santísima Cruz. La cena se convirtió en una tradición y a día de hoy se continúa celebrando junto con los portadores y portadoras de las diferentes secciones.

En 2009, la banda procesionó en la 1ª Tamborrada de Gandia celebrada el 28 de marzo. El total de ocho Hermandades participantes: la Oración de Jesús en el Huerto, la Santa Faz, el Santísimo Cristo de las Angustias, Nuestra Señora de la Piedad, el Santo Sepulcro, la Virgen de la Soledad y la Santísima Cruz, desfilaron primero por el Grao de Gandia , hasta confluir todas juntas en la Plaza de la Marina, realizar la que sería primera parte de la tamborrada, y tras chocolatada, volvieron a Gandia para desde la Plaza del Prado, llegar al Ayuntamiento y proceder con la segunda parte de la tamborrada. El sonido atronador de bombos y tambores anunciaba el arranque de los actos tradicionales en las calles de Gandia. La banda de la Santísima Cruz, junto con las bandas de otras Hermandades interpretaron diferentes piezas, que junto con la trompeta del Toque del Silencio, se marcaban los cambios de ritmo con otras composiciones que paulatinamente iban incrementando la sonoridad.

En 2010, la banda de tambores, junto con la Junta Directiva, decidió no participar en las siguientes Tamborradas debido a las diferencias de criterio respecto al formato y a que los días que se precisaban para ensayar eran necesarios para dedicarlos a ensayos propios, para preparar las salidas con la Hermandad. Así mismo, los horarios en que se ensayaba la tamborrada, no eran en ese momento compatibles con el de algunos miembros de la banda, que no trabajaban en Gandia. Fue una decisión controvertida y problemática debido a los diferentes intereses que se enfrentaban, pero finalmente prevaleció la opinión de que se debía destinar los recursos personales de la banda, al fin para el que fue creada, procesionar con la Hermandad. Tras esta decisión, la Junta Mayor de Hermandades de la Semana Santa de Gandia dejó de contar con la banda de tambores de la Santísima Cruz para abrir la procesión del Santo Entierro.

La Semana Santa del año 2021, y tras la remodelación de Junta Mayor de Hermandades de la Semana Santa de Gandia y un cambio de criterio respecto al formato de la tamborrada ajustándose más a la propuesta sugerida por la Hermandad de la Santísima Cruz desde sus inicios, la Sección de Tambores de la Hermandad iba a volver a participar en la Tamborrada de la Semanas Santa de Gandia, trasladada al mismo día del Pregón y como anuncio del mismo, volviendo a resonar los tambores y a redoblar las baquetas, junto con las otras bandas de las Hermandades de la ciudad como preludio de la Semana Santa, actividad que se suspendió debido a la alerta sanitaria.

La propia Hermandad reconoce que no ha sido fácil. Una banda se forja con el esfuerzo de mucha gente; hombres, mujeres, niños y niñas que ceden en la medida de sus posibilidades, tiempo y dedicación, horas de ensayo para cumplir con un objetivo; desfilar en procesión junto con la Hermandad el Miércoles y Viernes Santo. A lo largo de estos años, la banda se ha ido enriqueciendo con entradas y salidas de todos aquellos que, cofrades o no, querían tocar el tambor. Todos ellos merecen un reconocimiento y gratitud infinita. La rotación de gente es inevitable, ya sea por estudios, temas personales o simplemente porque ya no apetece. En este recorrido, la banda ha tenido periodos de estabilidad junto con otros donde resultaba complicado saber de dónde conseguir voluntarios. Ha sido una lucha, un tira y afloja continuo que sin saber cómo, se ha resuelto bien.

En todo este tiempo de ensayos y desfiles procesionales se ha vivido de todo, las anécdotas se amontonan. Momentos de alegría y de tensión, que desaparecen cuando al apagarse el rugido de los tambores, con el trabajo bien hecho, la satisfacción cubre al cansancio. En palabras de un miembro de la banda; “tampoco hemos podido escapar a la tragedia. Vaya para él nuestro recuerdo, cada vez que baqueta y maza, tocan parche”.

El 8 de marzo de 2017 tuvo lugar en la Iglesia de las Escuelas Pías, la bendición de la nueva matraca de la Hermandad. La banda de tambores participó en un toque conjunto a modo de bienvenida particular deseando la mayor de las suertes a esta nueva sección.

Desde 2017, la banda cumple tanto el Miércoles como el Viernes Santo, con la misión de recoger a la Camarera de la Hermandad. Desde la Sede Canónica la banda de tambores desfila por las calles de Gandia hasta su casa, donde tras un toque de tambor, la acompañan hasta la plaza de las Escuelas Pías, lugar de inicio de las procesiones.

Actualmente la banda de tambores de la Santísima Cruz está formada por dieciocho músicos, entre los cuales hay muchos jóvenes y niños que van aprendiendo de los más veteranos, asegurándose la pervivencia de la banda para acompañar a las imágenes de María Magdalena junto a la Cruz de Jesús y la Santísima Cruz en sus desfiles procesionales durante muchos años.

“Hemos cumplido 20 años y como no podía ser de otra forma, miramos al futuro. Durante todos estos años, hemos ido reparando y cambiando material. Nuestros tambores se hacen mayores y ha llegado la hora de renovarlos. Tenemos el compromiso de continuar trabajando. La Hermandad ha procedido a la compra de nuevos tambores, y en poco tiempo se completará la renovación. Trataremos entre todos de continuar en el empeño de mejorar, y continuar estando orgullosos de pertenecer a esta pequeña gran familia”.