Una vez incorporada la matraca y la sección de matracas de mano en los desfiles procesionales de la Hermandad de la Santísima Cruz se buscó la manera de hacer pedagogía de este instrumento característico de la Semana Santa. Por ello se pensó en crear para los colegios de Gandia una Exaltación Infantil de Instrumentos de Percusión típicos de la Semana Santa que había organizado la Hermandad de la Santísima Cruz. Por ello desde el año 2018, cada Miércoles Santo por la tarde, todos los alumnos de Primaria del colegio Escolapias Gandia participan en esta iniciativa, que una vez se consolide, se pretende hacer llegar a más centros educativos de la ciudad.
El acto es muy sencillo y da comienzo cuando un grupo de Cofrades de la Hermandad explican el sentido de celebrar la Semana Santa, y el sentido de los instrumentos de percusión característicos de este tiempo litúrgico, así como las características del tambor, el bombo, la matraca y las matracas de mano.
Finalmente se realiza un toque conjunto entre todos los alumnos de Primaria, con instrumentos de percusión realizados con materiales reciclados, y los cofrades de la sección de Matracas, conociendo de primera mano el sonido característico de los mismos.
El primer año que se llevó a cabo, y tras una pequeña reflexión y repaso de las últimas escenas de la Pasión, se explicó que a su llegada al Gólgota, cuando estaba Jesucristo crucificado entre dos ladrones pronunció estas siete últimas frases durante su crucifixión, antes de morir, tal como se recogen en los Evangelios canónicos. Tras cada una de las siete palabras, que eran leídas por un alumno de un curso de Primaria, el resto de alumnos estaban 20 segundos percutiendo, en silencio con las dos botellas, y al finalizar hicieron tres toques junto a la matraca, que habían ensayado previamente.
El segundo y tercer año se volvieron a realizar toques conjuntos entre el tambor, la matraca, las matracas de mano y las botellas recicladas, intercalando escenas de la pasión de Jesucristo: la Entrada Triunfante de Jesús en Jerusalén, con un toque gozoso, dos toques tristes para simbolizar las tres caídas de Jesús camino al Gólgota y la muerte de Jesucristo (simulando el temblor de cuando expiró Jesucristo y se rasgó el velo del Templo con las botellas de plástico); finalizando con el glorioso momento de la Resurrección de Jesucristo con un toque de matraca de alegría.
