La sede canónica de la Asociación de la Santísima Cruz está en la iglesia de las Escuelas Pías y, tal como aparece en los Estatutos manuscritos de 1885 (artículos 3, 6, 10 34), las funciones religiosas estaban bien delimitadas en el templo matriz: martes de Cuaresma, sermón y procesión del Viernes Santo. Las asociadas no participaban en la procesión, pero tenían cada viernes un ejercicio piadoso, a lo largo del año. En el Jueves Santo se establecían turnos de adoración en el monumento eucarístico.
La iglesia de la Compañía de Jesús
La iglesia formó parte del conjunto de la antigua universidad de Gandía, fundada por san Francisco de Borja, mediante privilegio del papa Paulo III en 1547. En la segunda mitad del siglo XVI hizo las veces de capilla universitaria la ermita de San Sebastián, inscrita dentro del recinto docente y residencia de los religiosos. Sus reducidas dimensiones, dado el apostolado de los jesuitas y la consolidación de la universidad, impulsaron su sustitución por una iglesia de mayor capacidad, de tal manera que se comenzó por delimitar los terrenos adecuados, preparar los planos y designar un maestro de obras para la dirección de la construcción.
Siguiendo las directrices de la Compañía de Jesús que primaban las características de salubridad o higiene, sencillez, austeridad y funcionalidad, se preparó un proyecto de construcción sobre el modelo de la iglesia del Gesù, de Roma, consagrada en 1584. Se buscaba disponer de una iglesia apta para la predicación y la instrucción sobre la Doctrina cristiana, tal como prescribió el Concilio de Trento, con una buena acústica, en forma de un espacio amplio y diáfano, capaz para grandes asambleas de fieles. La disposición arquitectónica se basaba en una sola nave, con capillas laterales, bóveda de medio cañón para facilitar la difusión de la voz del predicador, con una decoración sencilla, volviendo al clasicismo renacentista, sin las aportaciones del manierismo. Más adelante, sin embargo, tanto la fachada como el interior se ajustaron a la moda barroca del XVII.
El 19 de agosto de 1605 se puso la primera piedra, con asistencia de la familia ducal, y los trabajos comenzaron inmediatamente. El curso de las obras presentó bastantes problemas por falta de financiación, de tal manera que la construcción se detuvo al llegar a la altura de las cornisas. En 1617 se volvió a trabajar, pero con poco ritmo. A partir de 1629 se avanzó más y se pudo cubrir la iglesia hasta el crucero. Entre 1634 y 1636 se construyó la cúpula sobre el crucero y se alzaron y cubrieron las capillas laterales. El derrumbe de las pechinas de la cúpula volvió a retrasar las obras, que fueron siguiendo hasta 1642 con el revoco del interior y la construcción de la cripta.
Esta nueva iglesia de Gandía, en consecuencia, se ajustó a las directrices de Roma, tal como se puede apreciar incluso en el tratamiento de la fachada. Sus dimensiones, en metros, alcanzan una longitud de 37,5, con un ancho en la nave central de 11, con una altura aproximada de 19, mientras el ancho del crucero llega a los 19,5. Las capillas laterales tienen un ancho de 4,5 y una profundidad de 3,8.
Como materiales se utilizaron mampostería, ladrillo y teja morisca. La buscada orientación este-oeste del edificio produce unos interesantes efectos de luz natural a la salida del sol y en su ocaso.
La planta es de cruz latina, con una sola nave, pero con capillas laterales comunicadas entre los contrafuertes y con bóvedas de cuatro puntos. El transepto está alineado en planta, mientras el testero es plano, realzado sobre gradas. La cúpula sobre el crucero no tiene tambor ni linterna. La bóveda es de medio cañón con lunetas y arcos torales. El alzado se articula con doble orden de pilastras corintias en la nave y en las capillas. Para uso de los religiosos se construyeron unas tribunas que dan al presbiterio y al crucero.
La expulsión de los jesuitas en 1767 significó el cierre de la iglesia. Gran parte de los ornamentos litúrgicos, objetos sagrados y muebles fueron distribuidos entre una veintena de parroquias, capillas y conventos de la diócesis. Una pequeña parte continuó en la iglesia y sacristía, pero a los pocos años volvió a repartirse o en dejarse en depósito. El templo quedó sin culto durante cuarenta años y se encargó a una familia su limpieza, a cambio de darle un alojamiento en dependencias de lo que había sido universidad.
La iglesia de las Escuelas Pías
La iglesia, con la fundación de las Escuelas Pías en 1807, volvió a abrir sus puertas y a acoger el culto y las demás manifestaciones religiosas. El día 25 de julio se hizo el solemne traslado del Santísimo Sacramento desde la Colegiata a la iglesia. Comenzaba así un largo período de gran actividad litúrgica y pastoral dirigida no sólo a los alumnos sino a los fieles del barrio. La iglesia recibió una constante atención y mejora por parte de los escolapios, tanto en los ornamentos y objetos litúrgicos como en los retablos, imágenes y el mismo pavimento, renovado en 1935, y que sigue siendo el actual. A las cofradías de la Santísima Cruz y San Pedro Apóstol, se unió la activa presencia de una femenina Archicofradía de Santa Teresa, formada por varios centenares jóvenes.
El cierre del Colegio en marzo de 1936 llevó también a la desaparición de la comunidad religiosa y, en consecuencia, a la clausura de la iglesia. Durante la guerra de 1936-1939 el colegio y la iglesia se habilitaron para cárcel. La desaparición casi completa de objetos, imágenes y retablos dejó reducida la iglesia a lo estrictamente arquitectónico. Uno de los primeros objetivos de la restaurada Comunidad escolapia en abril de 1939 fue adecentar provisionalmente la iglesia y restablecer el culto, aunque la nueva etapa carcelaria del edificio escolar impidiera reemprender las clases y se tuviera que ocupar el edificio del actual Instituto Ausiàs March, en aquel momento sin uso docente.
Muy pronto se preparó un ambicioso proyecto de restauración integral de la iglesia que culminaría en 1945, aunque la nueva capilla de la Comunión sería terminada años después y su altar consagrado en 1948. Las obras posibilitaron una ordenación de las capillas y otros locales. La decoración del interior de la iglesia acentuó su barroquismo, salvo en la sencillez de la fachada.
En 1941 la capilla del Sagrado Corazón pasó a ser la dedicada a la Santísima Cruz, por lo cual se construyó el actual retablo, de estilo neoclásico, en escayola decorada y la cruz de madera que lo preside.
El desaparecido retablo mayor sólo pudo ser repuesto en 1968 y posteriormente fue decorado y completado con varios lienzos al óleo, pero ya sin ninguna imagen. La iglesia se fue enriqueciendo con obras de arte, tanto de escultura como de pintura, debidas a importantes artistas valencianos contemporáneos, junto con otras de procedencia muy anterior.
Desde 1999 se inició la restauración del tejado, cúpula y fachadas de la iglesia. La intervención en la cúpula se hizo con teja vidriada de dos colores. Todavía en el año 2007, con motivo del segundo centenario de la fundación del colegio, se llevaron a cabo algunas mejoras como el aumento de la iluminación de la iglesia y la adquisición de dos grandes óleos para las paredes laterales del crucero.
Al igual que en sus inicios, actualmente la Asociación de la Santísima Cruz sigue realizando en la iglesia de las Escuelas Pías su amplio programa de carácter litúrgico, pastoral y procesional, sin dejar de lado la labor formativa de los cofrades, a través de conferencias, encuentros y peregrinaciones, que permiten conocer y compartir la vida de otras cofradías de Semana Santa tanto de Valencia como de otras diócesis.