Cruces de Mayo

 


La fiesta de la Invención de la santa Cruz, desaparecida en el calendario litúrgico actual, se celebraba el día 3 de mayo.

Esta fecha recordaba la recuperación de la Santa Cruz en tiempos del emperador Heraclio y la entrega de ella que hizo él mismo hacia el año 629 al Patriarca Zacarías de Jerusalén, donde unos años antes los persas se habían apoderado de ella y llevada a su país.

Los cristianos latinos confundieron el objeto de las dos fiestas, es decir, la de la Exaltación, el 14 de septiembre, con la Invención de la Cruz, el 3 de mayo, fundidas en una sola celebración, tal como siempre se hizo en el Oriente cristiano.

La Hermandad de la Santísima Cruz siempre ha tenido muy presente la festividad del 3 de mayo en su calendario cofrade, ya que desde sus orígenes se ha celebrado de diversas maneras.

En la sesión extraordinaria del 16 de abril de 1889, a propuesta del Sr. Presidente de la Junta Directiva D. Roberto Gómez Mazparrota: “Se acordó que, así como se había introducido la costumbre de celebrar una Misa rezada el día de la Invención de la Santísima Cruz, o sea el 3 de mayo, en lo sucesivo se celebrará una función religiosa en la Iglesia del Colegio de las Escuelas Pías, cada año, con capilla de música y sermón, cuya fiesta se celebrará el domingo siguiente a la fecha antes citada…”

Una de las tradiciones cristianas es la confección de las flores para la festividad de las cruces de mayo. La Cruz es signo de la gloria del triunfo de Jesús resucitado y muestra el infinito Amor que rindió el hijo de Dios a toda la Humanidad, al entregarse por nosotros, con la única intención de enseñarnos a amar. El tercer día de mayo las cruces de término se engalanaban y se cubrían de flores para honrar a la cruz en el esplendor de la primavera.

Aunque su origen está en la Edad Media, pues ya en 1381 consta la institución de un beneficio en la Colegiata de Gandia bajo la advocación de la Santa Cruz, fue durante los siglos XVIII, XIX y XX cuando la celebración popular de las Cruces de Mayo en la ciudad de Gandia alcanzó su máximo esplendor, como se puede constatar en la revista El litoral en su publicación de 4 de mayo de 1884: “Anteanoche y anoche la banda de Música de esta ciudad amenizó la fiesta que anualmente se celebra en la Villanueva del Trapig y plaza de la Beneficencia en conmemoración del hallazgo de la Santa Cruz. Anoche estuvieron muy concurridas para ver la inauguración de la fiesta que durante el verano tiene lugar en casi todas las calles de la ciudad”.

Ya en el siglo XX, el 5 de mayo de 1935, el periódico Las Provincias publica este suelto: “En las distintas barriadas, conmemorando la fiesta de la Santa Cruz y siguiendo tradicional costumbre en ésta, se han encendido hogueras por cuenta y riesgo de la chiquillería, qué saltaba “les flamarades” a su gusto, encontrando en ello una diversión en primeras horas de la noche”. Precisamente sería a partir de este año cuando se perdieron los datos documentados sobre la celebración de la fiesta, hecho que cabría relacionar con las turbulencias de los últimos años de la II República y de la Guerra Civil.

Esta tradición empezó a enraizarse en la Semana Santa de Gandia a finales de la década de los 90 cuando las Hermandades empezaron a construir unas cruces artesanales exclusivamente para la ocasión. Desde esa fecha cada cofradía se encarga de preparar la cruz y adornarla por sus propios cofrades, que una vez acabadas cuelgan en cada una de las Sedes Canónicas, siendo la Junta Mayor de Hermandades la encargada de preparar una cruz con flores y plantas silvestres para colocar en el Local Museo de la Semana Santa y otra cruz ornamentada con flores más vistosas para colocarla en la calle de la Cruz de Gandia.

Los cofrades de la Hermandad de la Santísima Cruz confeccionan bianualmente los años pares, alternando con la Hermandad de San Pedro apóstol con quién comparten sede canónica, una Cruz de Mayo de 2,17 metros de alto por 1,20 metro de ancho, habitualmente decorada con claveles blancos y rojos, preparando y vistiendo con las mejores flores la Santa Cruz, para honrar el madero donde Jesús convirtió en vida la muerte, lleno de luz, la tiniebla.

En el claustro del colegio el consiliario de la Hermandad procede a la bendición de la Cruz de Mayo con el siguiente ritual:

“La gracia de nuestro señor Jesucristo, que por nosotros colgó del madero, este con todos vosotros.

Hermanos, al bendecir solemnemente esta cruz veneramos con fe el designio eterno de Dios, según el cual el misterio de la Cruz se ha convertido en el signo de la misericordia divina. Siempre que miremos la cruz, recordaremos que en ella culminó el misterio del amor con el que Cristo amó a su Iglesia. Siempre que saludemos la cruz acordémonos de que Cristo, suprimiendo con su sangre toda división, hizo de todos los hombres un solo pueblo. Esforcémonos por asistir atentamente a esta celebración, para que el misterio de la cruz brille nuestros ojos con nuevo fulgor y podemos sentir con más fuerza su eficacia.

Oh, Dios, cuyo hijo al pasar de este mundo a ti, clavado en la cruz, reconcilió contigo a la familia humana; dirige tu mirada hacia estos servidores tuyos que han levantado esta señal de salvación y concédeles que protegidos por su poder, cargando con su cruz cada día y siguiendo el camino del Evangelio, alcancen felizmente la meta del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Nosotros hemos de gloriarnos en nuestro centro tiene lugar ahora”.

Tras la bendición llega el momento de la aspersión con agua bendita, y posteriormente los cofrades de ambas Hermandades fijan la Cruz de Mayo en el balcón principal de la fachada del Real Colegio de las Escuelas Pías, donde preside la Sede Canónica durante dos semanas.

Una vez bendecida esta Cruz, los cofrades se trasladaban a la cruz que la Semana Santa instalaba tradicionalmente en la calle de la Creu, dónde la Semana Santa de Gandia instalaba una cruz y que era bendecida ese mismo día por el Abad mitrado de la insigne Colegiata de Gandia.

Tras la remodelación de la plaza Rei Jaume I en el año 2015 y la recolocación de la columna de mármol y de dos metros de altura, estuvo instalada hasta 1847 en la calle donde se ubica actualmente, que data con anterioridad del siglo XVII y su primera ubicación fue el antiguo convento de Sant Roc, con una cruz de término realizada en forja por el artista Hèctor Peiró recreando antigua Creu del Terme, la bendición de la Cruz se realiza en este punto.

Ese mismo año también se reintrodujo la bendición de todo el término municipal de Gandia, tradición recuperada después de 75 años de haberse perdido, siguiendo un protocolo de la Insigne Colegiata de Gandia del siglo XIX.

Se tiene constancia de su celebración en los siglos XIX y XX, donde tradicionalmente la bendición del término se realizaba desde la Puerta de los Apóstoles de la Insigne Colegiata como así lo recoge una crónica de la Revista de Gandia de 10 de mayo de 1913: "Sábado día 3 de mayo. Por la mañana, después de la misa conventual y con la asistencia del ilustrísimo Cabildo, se practicó la conmovedora ceremonia de bendecir los términos rurales. Al acto, que tuvo lugar en la plazoleta que recae a la puerta de los Apóstoles, magníficamente engalanada al efecto, asistió extraordinario número de fieles, cantándose como final el Himno de las fiestas". El año 2020 el término municipal de Gandia se bendijo excepcionalmente en la puerta de Santa María, junto con una cruz especial que fue confeccionada con fotos de flores pintadas por los niños cofrades de las Hermandades durante el confinamiento y que se colgó en la fachada de la Seo gandiense, pero cumpliendo con los requisitos litúrgicos establecidos en el siglo XIX.

Ese mismo año, y ante la imposibilidad de poder poner la tradicional Cruz de Mayo en la fachada del colegio de las Escuelas Pías, la Hermandad de la Santísima Cruz animó a sus cofrades a confeccionar ellos mismos una Cruz de Mayo elaborada con flores o con material fungible o reciclado, en forma de manualidad, para poder ponerla en sus balcones y de esta manera no perder esta bonita costumbre en una de las fiestas más significativas de la Asociación de la Santísima Cruz.
En la ciudad de Gandia se empezaron a instalar cruces de piedra góticas que señalaban el límite del término municipal entre 1425 y 1439, y el 3 de mayo, las cruces se engalanaban y se bendecían y se celebraba la “Benedicció del Terme”: del Norte, de Occidente, de Oriente y del Sur, para proteger el término municipal y que los agricultores obtuviesen buena cosecha, rito que servía al mismo tiempo para ahuyentar pestes.

Fue en mayo del año 2016 cuándo se inició una cena confraternidad tras la bendición de la Cruz de mayo en el claustro del Real colegio de las Escuelas Pías entre las Hermandades de la Santísima Cruz y San Pedro Apóstol de Gandia que cada año cuenta con una mayor participación de cofrades.