Exaltación de la Cruz
Cada 14 de septiembre los cofrades de la Hermandad de la Santísima Cruz celebran la Exaltación de la Santa Cruz.
El emperador Constantino impulsó las excavaciones en el área del templo de Venus, construido sobre el Calvario y el Sepulcro, con el apoyo de su madre Elena y el obispo Macario de Jerusalén.
Encontrados la Cruz y el Sepulcro, en el año 335 se consagraron las basílicas sobre estos Santos Lugares, precisamente el 14 de septiembre.
El principal fragmento del santo leño se custodia en la basílica de la Santa Cruz, construida en Roma sobre el emplazamiento del palacio de Santa Elena, madre del Emperador Constantino.
Para la Hermandad esta fecha tiene un significado especial, ya que se recuerda el símbolo titular de la Asociación, y año tras año se ha potenciado esta celebración guardando un espacio preferente en el calendario cofrade.
En la fundación ya se hace referencia a la fecha del 14 de septiembre como una efeméride muy importante a tener en cuenta por los cofrades. En el primer periodo la fiesta de la Exaltación de la Santísima Cruz se celebraba en el Altar de la Cruz, teniendo un especial recuerdo en las intenciones de la Santa Misa para elevar una oración por las almas de los cofrades difuntos de la Asociación.
Con la refundación esta festividad se retomó por parte de los cofrades de la Asociación, incluyendo en el Reglamento de la Asociación de la Santísima Cruz, en su título cuarto que la fiesta de la Santísima Cruz será el día 14 de septiembre para cuya fecha, o en su defecto para otra fecha acordada por la Junta Directiva, se tendrá festividad religiosa solemne.
La celebración del 14 de septiembre aunque fue diluyéndose en la década de los 80, hasta que en 1987 se retomó la Exaltación de la Cruz como un acto de culto imprescindible en el calendario cofrade de la Hermandad hasta nuestros días.
Según consta en el acta de 11 de junio de 1987, en el apartado de ruegos y preguntas, se transcribe: “se acordó por la Asamblea el hacer una misa en sufragio de los difuntos de la Hermandad y familiares el 14 de septiembre del presente, a la hora y lugar que se avisará por medio de una notificación”.
Para facilitar la asistencia de los cofrades, desde el año 2000 la Hermandad celebra la Exaltación de la Cruz el fin de semana más próximo al 14 de septiembre, dotándola de la relevancia que se merece. Es por eso que se ha tratado de hacer coincidir acontecimientos importantes de la Asociación como presentaciones de las Camareras, bendición de la restauración del altar, presentación del Himno de la Santísima Cruz…
Además desde el año 2017 se decidió escoger esta fecha tan emblemática para la imposición de las insignias de plata y oro a todos los cofrades que llevaran 25 y 50 años, respectivamente, formando parte ininterrumpidamente en la Hermandad, como muestra de reconocimiento y agradecimiento por su trayectoria, participación y colaboración en la Hermandad a lo largo de ese tiempo..
Una de las curiosidades de esta celebración, es que en la Exaltación de la Cruz del año 2017 gracias a la colaboración de la Tercia del Santo Duque de la Orden Católica del Temple se pudo contar con la réplica del Santo cáliz para la consagración eucarística.
Eucaristías mensuales
Según figuraba en el antiguo reglamento de la Asociación de Caballeros de la Santísima Cruz, en su artículo 5, “Todos los días 14 de cada mes se tendrá una Misa de Comunión en el Altar de la Cruz de las Escuelas Pías, o en el altar designado eventualmente por la Junta, en sufragio de los difuntos de la Asociación y por las intenciones del Sumo Pontífice”.
Es por eso que se tiene constancia que desde los orígenes de la Hermandad se celebraba un culto mensual para los cofrades de la Hermandad.
A finales del siglo XIX esta Eucaristía mensual dejó de celebrarse por falta de asistencia de los cofrades, y fue en el año 2000 cuando se retomó esta costumbre.
La “Eucaristía Mensual de la Creu”, como es conocida popularmente por los cofrades, pasó a celebrarse el primer sábado de cada mes.
Esta es una oportunidad de celebrar la eucaristía de un modo más cercano entre los cofrades, acercando la liturgia para vivirla más intensamente, y a la cual se han ido añadiendo un grupo incondicional de cofrades que se reúnen puntualmente cada primer sábado de mes a las 19 horas en la Iglesia de las Escuelas Pías, para tener presentes a los difuntos de la Asociación en las intenciones de la Santa Misa.
Una de las peculiaridades de la misa sabatina de las Escuelas Pías desde el año 2007, y sugerido por el P. Francesc Mulet, es que al finalizar la Eucaristía se canta la Salve Regina, canto en latín de cuatro antífonas dirigido a María, la madre de Dios.
“Missa del Pollet” para celebrar la Navidad
En el año 2016 se pensó en una Misa familiar para celebrar la Navidad. La “Missa del Gall” se celebra a las doce de la noche del 24 de diciembre, pero ese horario no permitía facilitar la participación de muchos cofrades que estaban con sus familias celebrando la cena de Nochebuena. Por ello se pensó en unirse a la Eucaristía de la comunidad eclesial de las Escuelas Pías que se celebra a las 19 horas, denominándola la “Missa del Pollet” debido a su pronto horario. Esta celebración tiene el objetivo de facilitar la participación de las familias con hijos pequeños en una misa del Gallo adaptada pedagógicamente a ellos que pueda servirles para vivir el tiempo de Navidad con sentido cristiano.
No es cuestión de horas, lo importante es celebrar la misa en comunidad y hermandad, alegrándose junto con el resto de cofrades del nacimiento de Jesucristo.
Miércoles de Ceniza
El Miércoles de Ceniza es el día con el que los cristianos dan comienzo a la Cuaresma, que es el tiempo litúrgico de conversión para prepararse para vivir religiosamente la Semana Santa, los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. A lo largo de los cuarenta días hasta la celebración de la Pascua la Iglesia invita a avanzar en el camino de Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas.
El año 2017 se habló con el consiliario de la Hermandad para poder realizar esta celebración con los cofrades de la Hermandad de la Santísima Cruz, y se nos invitó a unirnos a la celebración del Miércoles de Ceniza que realiza la Comunidad Educativa del Real Colegio de las Escuelas Pías.
Desde ese año la Hermandad anima a participar a todos sus cofrades en dicha celebración, para vivir la Cuaresma como tiempo del perdón y de reconciliación fraterna.
La celebración, preparada por el Equipo de Pastoral del colegio, se inicia tras la introducción a la celebración por parte del Coordinador de Pastoral Gonzalo Chirivella, que también es cofrade de nuestra Hermandad, seguida de la lectura del Evangelio que animaba a todos los cristianos a practicar el ayuno, la limosna y la oración que son los tres medios fundamentales para intensificar la vida de fe y vivir cristianamente la Cuaresma.
La celebración finaliza con el rito de la imposición de la ceniza. La ceniza, hecha de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior, se bendice por el sacerdote y se impone en la cabeza de los cofrades, cuyo sentido es el de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios abriéndose a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual.
En la primitiva Iglesia se organizaba una penitencia al comenzar la Cuaresma, colectiva, para los pecadores públicos, a quienes se les imponía la ceniza, en espera de la reconciliación sacramental del Jueves Santo. En el siglo XI este rito se extendió a todos los fieles.
Celebración de la reconciliación
En un esfuerzo por potenciar la preparación de los cofrades de la Hermandad para vivir el verdadero significado de la Semana Santa en septiembre del año 2016 la Hermandad de la Santísima Cruz plantea al consiliario P. Francesc Fuster i Ángel la necesidad de realizar un paréntesis durante la Cuaresma, y cuando ya se acercara Semana Santa, poder tener un momento de meditación y reflexión personal con la posibilidad de facilitar y ofrecer el sacramento de la Penitencia para poder recibir el perdón de Dios antes de iniciar los desfiles procesionales.
Es así como nace la Celebración de la Reconciliación, de la cual también se hizo partícipe a la Hermandad de San Pedro por el estrecho vínculo que tienen ambas Hermandades en la iglesia de las Escuelas Pías.
En esta ocasión se acordó que la preparación de la Celebración de la Reconciliación se alternaría cada año a cargo de cada Hermandad, teniendo relación con las respectivas imágenes que procesionan con ambas Hermandades.
Así pues el primer año la celebración tuvo lugar en la capilla de la Santísima Cruz. A través de diversos textos de María Magdalena, los cofrades pudieron ver el proceso de conversión de la santa y lo aplicaron en su vida. A lo largo de la celebración se leyeron diversos pasajes bíblicos en los que vieron los encuentros de María Magdalena con el Señor.
El primer episodio fue cuando María Magdalena irrumpe en el Evangelio y en la historia cuando entra, temblorosa pero resuelta, en Casa del fariseo Simón. Esta escena relatada por San Lucas parte en dos vertientes la vida de esta mujer: antes y después de su encuentro con Jesús. Lc. 7, 36-39; 44-50.
Otro de los momentos de la Santa fue la tercera vez que el Evangelio nombra a Magdalena, que es para decir que estuvo junto a la cruz cuando murió Jesús. La ausencia de hombres amigos junto a la cruz del Redentor fue escandalosa. Sencillamente no se atrevieron a aparecer por ahí. No era nada fácil declararse amigo de un condenado a muerte. El único que estuvo junto a Él fue Juan. En cambio las mujeres se mostraron mucho más valerosas en esa hora trágica y fatal. Y una de ellas fue Magdalena. Mc. 15, 37-41.
El último fragmento fue el pasaje donde María Magdalena visita el sepulcro de Jesús, y éste ya resucitado, se le aparece. Jn. 20, 11-18.
La II Celebración de la Reconciliación estuvo relacionada con las tres negaciones de San Pedro antes de que cantara el gallo y su proceso de conversión.
El tercer año el eje central de la Celebración fue la Santa Cruz. Es por ello que partiendo del Capítulo 16, versículos del 21 al 27 del Evangelio de San Mateo, y ayudados de las palabras del Papa Francisco en el Vía Crucis en la carioca Playa de Copacabana en la Jornada Mundial de la Juventud en 2013 en Río de Janeiro, empezó toda una meditación sobre la Cruz, conociendo más de cerca el verdadero significado de la Cruz.
La cruz es amor
«Queridos hermanos, la palabra de la Cruz es también la respuesta de los cristianos al mal que sigue actuando en nosotros y a nuestro alrededor. Los cristianos deben responder al mal con el bien, tomando sobre sí la Cruz, como Jesús».
La vida es cargar con la cruz
«En la Cruz de Cristo, está el sufrimiento, el pecado del hombre, también el nuestro, y Él acoge todo con los brazos abiertos, carga sobre su espalda nuestras cruces y nos dice: ¡Ánimo! No la llevas tu solo. Yo la llevo con contigo y yo he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida».
Iglesia y cristianos cirineos
«Muchos rostros, lo hemos visto en el Viacrucis, muchos rostros acompañaron a Jesús en el camino al Calvario: Pilato, el Cirineo, María, las mujeres… Yo te pregunto hoy a vos: Vos, ¿cómo quien queréis ser? ¿Queréis ser como Pilato, que no tiene la valentía de ir a contracorriente, para salvar la vida de Jesús, y se lava las manos? Decidme: Vos, sois de los que se lavan las manos, se hacen los distraídos y miran para otro lado, o sois como el Cirineo, que ayuda a Jesús a llevar aquel madero pesado, como María y las otras mujeres, que no tienen miedo de acompañar a Jesús hasta el final, con amor, con ternura. Y vos, ¿cómo cuál de ellos queréis ser? ¿Cómo Pilato, como el Cirineo, como María? Jesús te está mirando ahora y te dice: ¿Me quieres ayudar a llevar la Cruz? Hermano y hermana, con toda tu fuerza, ¿tú qué le contestas?».
«Llevemos nuestras alegrías, nuestros sufrimientos, nuestros fracasos a la Cruz de Cristo; encontraremos un Corazón abierto que nos comprende, nos perdona, nos ama y nos pide llevar este mismo amor a nuestra vida, amar a cada hermano o hermana nuestra con ese mismo amor».
En otra edición cobrará especial relevancia la figura del Cristo del Perdón, donde a través de diversos textos bíblicos, se hará un especial énfasis en las palabras de perdón que pronunció desde la cruz poco antes de morir.
Tras las diversas meditaciones que se realizan cada año en la Celebración de la Reconciliación, hay un espacio de revisión de conciencia precedida de un espacio de silencio.
Finalmente los Padres Escolapios se ponen a disposición de los cofrades para todo aquel que quiera recibir el sacramento de la reconciliación y poder pedir perdón a Dios.
Una vez descubierto el hallazgo de la antigua Cruz que desfilaba con nuestra Asociación tras la refundación, en la Celebración de la Reconciliación del año 2022 se pretende que sea el eje central de la liturgia, recobrando el protagonismo y esplendor que tuvo esta imagen a mediados del S. XIX, volviendo a ser culto y signo de redención para los cofrades de la Santísima Cruz de Gandia.
Eucaristía en sufragio de los cofrades difuntos de la Hermandad
Antiguamente la hermandad cada año, al finalizar la Semana Santa, disponía de una celebración de una Misa de Requiem en sufragio de las almas de los fallecidos asociados de la Hermandad, tal y como figura en la propuesta de reorganización de la Hermandad de la Santísima Cruz, así como de los Estatutos, que la Junta Directiva presentó al Arzobispado para su estudio en 1982.
En el año 1993 estas Eucaristías en sufragio de los difuntos de la Hermandad pasaron a celebrarse la tarde del Sábado de Pasión, previa al Domingo de Ramos, y en la cual se leía la Pasión de Cristo.
A partir del año 2000 se incluye en esta celebración el acto de imposición de insignias a los nuevos cofrades que entran a formar parte de esta Hermandad.
Es en el año 2005, y coincidiendo con la Bendición de la nueva imagen de María Magdalena junto a la Cruz, cuando la Eucaristía en Sufragio de los difuntos de la Hermandad pasa a celebrarse el Viernes de Dolor por la tarde, horario y día que han quedado fijos en el calendario cofrade de nuestra Asociación hasta nuestros días.
Jueves Santo: Misa de la Cena del Señor y lavatorio de pies a niños de la Hermandad
Desde los orígenes, los cofrades de la Hermandad de la Santísima Cruz han participado en la celebración del Viernes Santo y se ha potenciado desde todas sus Juntas Directivas. Pero llegado el año 2017 se plantea la necesidad que los cofrades participen en todo el Triduo Pascual, ya que la liturgia cristiana de esos tres días constituye la parte central de la Semana Santa. Es por eso que para incentivar la participación de los cofrades, en Junta Directiva propuso algunas actividades para avanzar en la acogida interior de las celebraciones del Triduo.
Se propone realizar un lavatorio de pies a 12 niños de la Hermandad de la Santísima Cruz, ya que de esta manera más atractiva se podía conseguir que jóvenes cofrades se acercaran al culto de estos días tan importantes, acompañados por sus familiares y amigos. Poco después se consideró muy interesante abrir este acto a la Hermandad de San Pedro, con quien se comparte Sede Canónica, y es por eso que el Hermano Mayor de la Hermandad de la Santísima Cruz, Carlos Costa, contacta con el Hermano Mayor de San Pedro, José Manuel Montagud, para estrechar lazos y poder celebrar un acto religioso conjunto. La Hermandad de San Pedro aprobó en su Asamblea el participar y desde sus inicios cada Hermandad aporta 6 niños, teniendo un total de 12 niños en el altar en el momento del lavatorio de pies, y recordando a los doce Apóstoles en la Última Cena.
Tras la celebración del primer Lavatorio de pies en la Semana Santa del año 2017, se había recuperado una tradición, ya que hasta el año 1876 se realizaba un lavatorio de pies con alumnos del colegio en la iglesia de las Escuelas Pías.
Con la celebración del Jueves Santo, en memoria de la Cena del Señor, se da inicio al Triduo Pascual, centrándose en la institución de la Eucaristía, el mandamiento del amor y el ministerio ordenado de obispos, sacerdotes y diáconos.
La celebración da comienzo con el sagrario vacío, y las lecturas de este día son muy especiales, todas ellas haciendo referencias a la cena pascual. En el Evangelio se proclama la lectura del lavatorio de pies a los discípulos. Entre la Homilía y el Ofertorio es cuando el sacerdote lava los pies de los doce niños de la Hermandad de la Santísima Cruz y la Hermandad de San Pedro Apóstol, todos ellos ataviados con sus vestas blancas, sus cíngulos y guantes, como gesto recordatorio del signo que realizó Jesús antes de la Última Cena con sus discípulos, como muestra de servicio, amor y entrega a los demás.
Tras la Comunión un grupo de cofrades acompañan al consiliario en procesión para trasladar al Santísimo Sacramento al Monumento, colocado ex-profeso para esta celebración, entonando el himno eucarístico Pange Lingua, hasta que el sacerdote deposita el copón con el Santísimo dentro del sagrario de la reserva, y puesto de rodillas, lo inciensa; finalizando en ese momento la celebración y quedando el Monumento expuesto para ser adorado y velado hasta las doce de la noche en la capilla de San José de Calasanz.
Solemne Vigilia ante el Monumento de Jesús Sacramentado
En el boletín informativo de 2 de abril de 1955, consta el acuerdo tomado en la última Junta General e impuesto como acto obligatorio a los asociados, la Solemne Vigilia ante el Monumento a Jesús Sacramentado en la Iglesia de las Escuelas Pías en la noche del Jueves al Viernes Santo.
Reproducimos a continuación dicha convocatoria.
"Solemne Vigilia ante el Monumento a Jesús Sacramentado en la Iglesia de las Escuelas Pías en la noche del Jueves al Viernes Santo.
Acordado en la última
junta general e impuesto como acto obligatorio de nuestros asociados,
publicamos a continuación el horario señalado, rogando acudan los cofrades que
se relacionan con la suficiente anticipación y con todo el hábito reglamenta-
rio completo (túnica, capa y antifaz), que podrán cambiarse en la sacristía,
señalándose también quienes deberán permanecer como suplentes para cubrir
ausencias justificadas.
Con el paso del tiempo esta tradición dejó de realizarse en la Iglesia de las Escuelas Pías, aunque se siguió con el horario acostumbrado para la adoración de Jesús sacramentado.
Viernes Santo: Celebración de la Pasión del Señor
El Sermón de la Santa Cruz tuvo una gran tradición en Gandia. En los documentos del archivo de la Asociación de la Santísima Cruz encontramos que desde 1883, e ininterrumpidamente hasta el año 1936, se celebraron los Sermones del Viernes Santo.
Tras la guerra civil se retomaron los sermones en 1940 hasta el año 1976. Curiosamente no sólo disponía la Asociación de la lista de oradores sagrados, sino también de autógrafos y dedicatorias en el libro de “Sermones”, que con el paso del tiempo desapareció.
Los Sermones de la Cruz venían celebrándose tradicionalmente los Viernes Santo a las 5 de la tarde, que por la renovación litúrgica pasaron a celebrarse a la una del mediodía, dentro de los oficios y en forma de homilía. Hoy en día se respeta esta última forma litúrgica, pero el horario ha pasado a las 12:30 horas.
En dicho acto los cofrades recuerdan la Muerte de Jesús de Nazaret comenzando con la "Liturgia de la Pasión del Señor" en la cual se leen diferentes lecturas bíblicas del profeta Isaías y del apóstol San Pablo, intercaladas por un salmo y finalmente se proclama la Pasión según San Juan.
Tras la proclamación de las lecturas el consiliario de la Hermandad de la Santísima Cruz predica su homilía, cuidadosamente cuidada cada año, relacionando la vida de los cofrades con la Pasión de Jesucristo y alentándolos a estar dispuestos a entregarse por los demás como hizo Jesucristo. Esta parte es la que hace que perdure el espíritu de los “Sermons de la Creu” que se iniciaron en 1883; y aunque ha cambiado su formato, continúa el espíritu de honda religiosidad que se respiraba en aquellas celebraciones y hoy se trasladan a los Oficios correspondientes al Viernes Santo.
Ante la Cruz se recita la Oración de los fieles con carácter universal. A continuación se realiza el rito de la Adoración de la Cruz, en la cual el sacerdote celebrante va a los pies de la iglesia junto con dos cofrades de la Hermandad de la Santísima Cruz, que portan unos cirios, y van avanzando, en tres etapas, hasta llegar de nuevo al altar. En cada etapa el sacerdote recita la siguiente aclamación: " Mirad el árbol de la cruz, donde estuvo clavada la Salvación del Mundo", mientras que los cofrades responde "Venid a adorarlo”.
Finalmente los cofrades asistentes, junto con la comunidad eclesial de las Escuelas Pías, besan un Crucifijo de más de 200 años de antigüedad que los Padres Escolapios veneran en el oratorio de la Comunidad Religiosa. La veneración de la Cruz es para la Hermandad el núcleo central de la celebración, ya que por la tarde la acompañamos en procesión por las calles de Gandia, pero en ese momento es cuando, como cristianos, veneramos en ella la victoria de Cristo y el instrumento de la salvación de los hombres.
Según recogen las actas de los primeros años de la fundación, entre las décadas de 1880 y 1890, en los Santos Oficios del Viernes Santo que participaban los Caballeros de la Asociación de la Santísima Cruz se cantaban los improperios durante la Adoración de la Cruz.
Terminada esta parte, se procede a distribuir la Comunión a los fieles con las Sagradas Formas reservadas en el monumento el día anterior.
La colecta recogida en esta acción litúrgica va destinada al mantenimiento de los Santos Lugares de Israel y Palestina, la tierra de Nuestro Señor Jesucristo.
Solemne Vigilia de Resurrección
El oficio de la noche de Pascua comprende tres partes. En la primera se anuncia el mensaje de la Pascua: ¡Cristo ha resucitado!
El fuego inicial enciende el cirio Pascual que destaca el triunfo del resucitado sobre la obscuridad que intenta reinar en este mundo. El anuncio solemne se hace con el Pregón Pascual, en un ambiente de luz y alegría.
En la segunda parte, la Palabra invita a unir la historia de cada uno con la historia de la Salvación, desde la creación hasta la incorporación de los cristianos a la Iglesia, por la gracia de Cristo, muerto y resucitado, en el Bautismo.
Tras bendecir el agua, que hace presente el bautismo de los fieles, se renuevan las promesas que se hicieron en la recepción del sacramento, asumidos ahora de forma consciente.
La tercera parte se centra en la Misa Pascual, el sacrificio de Cristo, Cordero inocente inmolado para la salvación del mundo. La participación en la mesa de la Eucaristía, finalmente, permite el encuentro con aquel que nos amó primero.
Comienza así el tiempo Pascual, anticipo en la tierra de la plenitud del eterno Reino de Dios.
Corpus Christi
La festividad del Corpus Christi fue instituida en el siglo XIII por el Papa Urbano IV. La Misa y el oficio fueron compuestos por santo Tomás de Aquino.
El Corpus Christi se celebra en Gandia desde 1391. La celebración del Corpus Christi tiene lugar 60 días después del Domingo de Resurrección y en ella se conmemora la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo cuya finalidad es proclamar y aumentar la fe de los creyentes en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento, dándole públicamente el culto de adoración.
La mañana del domingo de Corpus Christi, la Hermandad de la Santísima Cruz se une a la feligresía de Gandia participando en la Eucaristía solemne de la Insigne Colegiata, que está presidida por el Sr. Abad y a la cual asisten las distintas Hermandades de la Semana Santa junto con representantes de distintos colectivos religiosos, sociales, culturales y cívicos de la ciudad.
Cabe resaltar que desde el año 2019, y tras la llamada de los Hermanos Franciscanos del Centro de Acogida San Francisco de Asís para que la Hermandad colaborara en la Eucaristía y procesión con los enfermos y acogidos, los cofrades participaron en la Eucaristía del Corpus Christi en el mismo Centro de Acogida San Francisco de Asís, colaborando en la posterior procesión claustral para llevar al Santísimo a los enfermos impedidos allí acogidos.
Ya por la tarde, y las populares y tradicionales danzas, los cofrades de la Hermandad participan en la Solemne Procesión del Cuerpo y Sangre de Cristo. Cada año la Hermandad de la Santísima Cruz colabora, junto con la Hermandad de San Pedro, en el altar que se realiza a las puertas de la Iglesia de las Escuelas Pías, decorándolo con centros florales, para que al paso de la procesión por la puerta de las Escuelas Pías se detenga la Custodia y los sacerdotes que acompañan al Santísimo la adoren junto al altar y canten el himno eucarístico Tantum Ergo Sacramentum.
Els Cirialots
Hace un tiempo que la
Semana Santa de Gandia recuperó la figura de los Cirialots en la procesión del
Corpus Christi, cuyo origen se remonta al año 1382, en
que se acordó por los Jurats de València (Ayuntamiento) que fuesen a la
Procesión del Corpus doce prohombres de la ciudad, acompañando al Santísimo con
grandes velones de cera. En 1395 se aumentaron a 12 ciriales más, quedando en
24 que simbolizan a los ancianos que refiere San Juan Evangelista en el Apocalipsis
adorando al cordero sin mancha. El pueblo no tardó en nominarlos como "Los
Ancianos" y posteriormente como "Els Cirialots". En 1546,
reinando Juan II de Aragón, y con motivo de la Exaltación del Misterio de la
Purísima Concepción, se añadieron dos ciriales más, siendo desde entonces 26
los que desfilan.
En la procesión de Gandia los 26 Cirialots están formados por miembros de las
Hermandades de Gandia, aportando cada Hermandad 1 o 2 cirialots. De nuestra
Hermandad han participado José Martí, Carlos Costa y Francisco Simó, siendo
este último uno de los que más años ha salido (desde su creación hasta 2018).
Los
Cirialots preceden a la Custodia del Santísimo y van vestidos con túnicas
blancas, barbas y pelucas de crin del mismo color, corona dorada en la cabeza y
un tahalí de terciopelo rojo carmesí. El cirial que porta cada uno, de color
blanco donde aparece el escudo de Gandia, mide más de dos metros y medios de
longitud y tiene en su parte superior una vela de cera.