Reposteros de la Hermandad

 


El año 2012 la Junta Directiva de la Hermandad propuso confeccionar un repostero de grandes dimensiones con el escudo de la Hermandad para colocarlo en el balcón de la Sede Canónica junto a los ya existentes de la Junta Mayor. Tras hablar con el consiliario y solicitar los permisos pertinentes, el P. Fuster no pone ningún impedimento, pero hace hincapié en que debe ser del mismo color que los que ya se ponen de la Semana Santa de Gandia.

Seguidamente, desde la Hermandad de la Santísima Cruz, se pusieron en contacto con el Hermano Mayor de la Hermandad de San Pedro para comentarle el nuevo proyecto, y que estaría bien que se sumaran a la iniciativa para, que, de esta manera, poder estar representadas las dos Hermandades con sede Canónica en la Iglesia de las Escuelas Pías.

Para la Semana Santa del año 2012 se confeccionaron los reposteros con el anagrama de cada Hermandad, sobre tela de raso granate y con un ribete dorado, y desde entonces cada año ornan la fachada del Real Colegio de las Escuelas Pías durante la Semana Santa a ambos lados de las tres banderolas de la Junta Mayor de Hermandades de la Semana Santa de Gandia.

Por otra parte, el 21 de marzo del 2013, en la Asamblea General de la Asociación, se presentó un repostero para los balcones de las casas de los cofrades y simpatizantes, con el objetivo dar a conocer la Hermandad a todos los habitantes de la ciudad, así como promocionar sus dos imágenes, la de la Santa Cruz y la de María Magdalena, engalanando los balcones de los cofrades anualmente para recibir la Semana Santa. 
 
 
Estos reposteros presentan unas dimensiones de 117 cm de largo por 94 de alto, y están confeccionados sobre tela de color blanco y fondo color burdeos, con las dos imágenes de la Hermandad a los dos lados.

El 17 de marzo de 2020, y debido a la crisis sanitaria a nivel mundial por el Coronavirus, la Hermandad de la Santísima Cruz animó a sus cofrades a colgar de sus balcones los reposteros con las dos imágenes de la Hermandad como rogativa y oración a Dios y a la Mare de Déu dels Desemparats, implorando la pronta salud de los enfermos; adhiriéndose de esta manera a la iniciativa de los Hermanos Franciscanos del Centro de Acogida San Francisco de Asís y de la Diócesis de Valencia que solicitaban "como gesto de unión y homenaje a la Virgen" que en cada hogar de los fieles se pusieran las colgaduras con la imagen de la Virgen de los Desamparados o de otras hermosas advocaciones en cada población, adornando los balcones y ventanas de las casas con estos doseles, al menos durante estas semanas.

Con este sencillo gesto se recuerdan otros tiempos en los que cuando ocurrían epidemias, los fieles salían a la calle en procesiones de rogativas, llevando las imágenes más veneradas. Durante la pandemia, y actuando de otra manera, se invitaba a que nuestras calles se conviertan en una gran rogativa que nos una en la oración por el cese de esta epidemia, por los enfermos y por sus cuidadores, para defendernos de ésta y de las demás enfermedades que nos aquejan.